Desde hace unos treinta mil años tiene lugar en nuestro planeta una escalada de extinciones de fauna, que afecta sobre todo a grandes herbívoros y depredadores, y está relacionada con el incremento de la población
humana. Como resultado de estas pérdidas, los ecosistemas naturales acumulan disfunciones que afectan tanto a su biodiversidad como a su estabilidad… En concreto, los bosques secos y subhúmedos se configuran como sabanas si cuentan con
una gran fauna completa y equilibrada, y llegan a ser casi inmunes a los incendios: El arbolado pierde densidad, hay poco contacto entre las copas y las ramas más bajas desaparecen, se reduce también la presencia de grandes arbustos y de matas,
y los herbazales suelen permanecer recortados casi a ras. En tales circunstancias el fuego solo puede quemar la hierba, y sin grandes llamaradas ni altas temperaturas. Por estas y otras razones, el rewilding; o reasilvestramiento; propone devolver a los ecosistemas
las funciones perdidas, reintroduciendo cuantas especies animales sea menester.
Se habla de dos modalidades de rewilding: Extrema y moderada. La primera consistiría en la restauración del ecosistema al completo, con toda su
fauna, utilizando para ello tanto las especies originales como otras parecidas, si es que aquellas se hubiesen extinguido del todo. En Europa esto equivaldría a hablar no solo de alces, caballos, onagros, toros, bisontes, linces y como mucho osos y
lobos, tal y como propone el rewilding moderado. También de rinocerontes, hipopótamos, elefantes, leopardos, hienas y leones, con todo lo que ello implica… Es evidente que el rewilding extremo solo sería viable, de momento, en grandes
cercados y a título experimental, mientras se van creando las condiciones necesarias para plantearlo a gran escala y en espacios naturales completamente libres.
Las propuestas tradicionales de la permacultura para mejora de campos
de secano; que son mucho menos conocidas que los ya típicos huertos empajados; se aproximan bastante a los contenidos de un rewilding moderado, aunque ponen más énfasis en cuestiones de productividad y no excluyen altos niveles de intervención
y de control: En líneas generales el rewilding permacultural empieza a operar con una última labrada, mediante la que se siembra herbazal y matorral acorde con el sitio y, si fuera necesario, se aprovecha para fertilizar y modificar relieves.
Posteriormente se introduce el arbolado en sucesivas oleadas, conforme las especies más resistentes vayan preparando el terreno a las que lo son menos. Y según vaya aumentando la capacidad de carga de la vegetación, se va introduciendo
las especies animales que convenga… El resultado final será una sabana arbolada o en casos de más aridez una dehesa esteparia, que producirán fruta forestal, setas, verdura silvestre o cultivada, plantas aromáticas y medicinales,
miel, leña, madera, fibras, caza y pastos para el ganado.
El interés por la agroganadería extensiva decayó hace varias décadas de forma rápida, debido a una desigual competencia con cultivos y crianzas
intensivos e industrializados. Actualmente la energía se encarece y con ella se encarecen los recursos que se utilizan para mantener campos y ganados… El resultado ha sido y sigue siendo el abandono generalizado de campos de cultivo, que han
entrado en reasilvestramiento espontáneo. Intervenir en estos procesos para darles dirección y contenido, equivale a poner en valor grandes extensiones de territorio, y a cerrar el paso a un inquietante retorno de tradiciones ruinosas ya superadas,
de arado, tierra desnuda y hambre. Estas quizás se verían favorecidas si la agricultura industrializada llegase a entrar en crisis, sin que se hubiese perfilado ya una alternativa clara de productividad equivalente. Por el contrario, los proyectos
de rewilding dibujan a medio o largo plazo un escenario ecológico y económico muy sugerente: Grandes llanuras convertidas en sabanas, llenas de arbolado maderero y frutal, con interminables manadas de herbívoros y poblaciones adecuadas
de fieras… Todo ello gestionado bajo estrictos criterios científicos, como si de caladeros de pesca se tratase.
Las iniciativas de “rewilding” ya son un hecho en Europa desde hace varios años y en territorio español recientemente. Se están reasilvestrando ya caballos como los asturcones en las montañas de Asturias, que exhiben un perfil óptimo de readaptación rápida al medio natural defendiéndose de lobos y osos de forma eficaz y recientemente fué sonada en los medios de comunicación la introducción de caballos de las Retuertas procedentes de Doñana en la reserva de Campanarios de Azaba. A primeros de octubre pasado se introdujo la segunda remesa para tener dos poblaciones separadas y asegurar la especie. El caballo de retuerta se considera el equino más antiguo. Otra experiencia de “rewilding” más discreta es la que se está llevando a cabo en el Parque de la Prehistoria de la localidad asturiana de Teverga donde en marzo de 2014 se introdujeron dos caballos salvajes de Przewalski y dos bisontes europeos, que el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) solicitó que trajera el Centro de Conservación del Bisonte Europeo en España (EBCC Spain), tras firmar un convenio de colaboración con el Principado y el Ayuntamiento de Teverga. Meses después las cifras cantan: solo la presencia de los bisontes ha aumentado de forma importante los visitantes al parque. En la actualidad hay un tercero resultado de la reproducción.
El más reconocido adalid del “rewilding” en España, Benigno Varillas, nos cuenta además cómo la sociedad de la información, sector económico en alza puede servir para generar empleo en la economía
postindustrial a la que estamos abocados haciendo posible que “teletrabajadores” ocupen el medio rural asentándose en un territorio, gestionándolo y viviendo de sus múltiples recursos de forma que se constituiría un
nuevo perfil de “ganadero multifuncional que cazaría en el ciberespacio y cuyo arpón sería el smartphone”. El “rewilding” proporcionaría esas nuevas viejas especies animales que los ecosistemas perdieron
o que nunca llegaron al continente pero cuyo nicho ecológico es europeo, tal y como se relata en el documento Megafauna (los uros, tarpanes,cebros, bisontes europeos y demás grandes herbívoros así como depredadores y otras especies
emblemáticas) y que cumplirían no solo con su función ecosistémica sino que suponen un valor económico añadido en cuanto a carne, turismo, cultura ecológica y productos multimedia.
Enlaces:
http://www.altotero.com/2013/04/bisontes-europeos/
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de autor para los que citen la fuente (EBCC /http://www.altotero.com / Paleolitico Vivo) y nos envien (benigno.varillas@gmail.com) copia o el enlace
a donde hayan sido publicadas, cedidas por diversos autores polacos y europeos a Fernando Morán, miembro de la asociación Paleolitico Vivo y de la IUCN/SSC Bison Specialist Group/Europe – Grupo de Especialistas en Bisonte –
Comisión de Supervivencia del Bisonte/Europa, Centro de Conservación del Bisonte Europeo en España – Director (European Bison Conservation Center of Spain).
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Actualmente se proyecta en Atapuerca un “reliving” del escenario paleolítico con megafauna.