ECOSISTEMAS PRODUCTIVOS

Ecoaldea, ejemplo paradigmático de sociedad post industrial tecno ecológica que maneja grandes volúmenes de información.
Dibujo: J. Ramón Rosell

ECOSISTEMAS PRODUCTIVOS Y ECONOMÍA POST INDUSTRIAL

 

Nuestras tres líneas de trabajo responden a los intereses del sector primario y de toda la sociedad, en tiempos de potencia decreciente: Permacultura, rewilding y servicios ecosistémicos. Se basan en el aprovechamiento de los mecanismos naturales de los ecosistemas para obtener la máxima productividad, eficiencia y estabilidad, reduciendo a la vez las entradas de energía y materiales de origen industrial, así como los costes correspondientes, y corrigiendo deficiencias internas.

Allá donde sea posible, convendría avanzar hacia un nuevo modelo socioeconómico basado en las energías renovables, la restauración productiva de los ecosistemas y la relocalización de funciones y estructuras.

 

PERMACULTURA.


La permacultura resulta de aplicar la metodología general del diseño, y los recursos aportados por la ecología y otras muchas ciencias y técnicas, a la creación de espacios habitables y ecosistemas productivos. Se empezó desarrollar hacia la mitad de los años setenta en Australia, desde donde fue propagándose hacia los demás continentes, generando así un amplio y complejo movimiento internacional. Actualmente, éste cuenta con multitud de experiencias prácticas y de recursos teóricos, adaptados a todo tipo de condiciones bioclimáticas y culturales.

Los métodos permaculturales referidos a organismos biológicos, abarcan todo el espectro posible de situaciones; desde la preservación de la biodiversidad y la gestión de espacios naturales, hasta los sistemas más intensivos de horticultura, granja y acuicultura; pero es en estos últimos aspectos en los que han alcanzado más difusión y donde sus logros son más conocidos.

Los sistemas permaculturales intensivos; a los que la gente suele referirse por reducción cuando habla de "hacer permacultura"; son ecosistemas artificiales, creados a imitación de los naturales y con todas las funciones de éstos últimos, pero cuya composición de especies vegetales y animales, estructura de suelos y elementos tecnológicos, es decidida según procesos de diseño para alcanzar la máxima potencia útil, la máxima biomasa y la máxima estabilidad. Es decir: Producir lo más posible de la forma más duradera y más barata.

La creación de ecosistemas permaculturales puede hacerse de forma muy rápida y eficaz mediante la aplicación del diseño a un caso concreto de forma completa y exhaustiva: Se empieza por la recopilación de todo tipo de datos útiles, que luego han de ser procesados hasta decidir líneas estratégicas, patrones de estructura y configuraciones concretas. Éstas no sólo contemplan la distribución de los elementos en superficie y altura, también en el tiempo; según determinan las sucesiones biológicas; de forma que el sistema se desarrolle y estabilice, a la vez que incrementa su productividad. Posteriormente se ejecutan las obras iniciales; y más adelante es tiempo de gestión, evaluación, mantenimiento y mejora. Otra forma de implantar la permacultura es introduciendo mejoras consecuentes en sistemas agroganaderos convencionales; ya sean industriales o de los llamados "ecológicos"; de forma que unos u otros vayan evolucionando de forma gradual y progresiva.

Para promover la permacultura desde hipotéticas administraciones públicas decididas a hacerlo, hay dos estrategias complementarias que, en líneas generales, se corresponden con cada una de las dos posibilidades anteriores: El desarrollo de proyectos permaculturales a partir de diseños completos y exhaustivos, puede realizarse directamente desde el sector público o en convenio con particulares muy predispuestos. Tendría en ambos casos valor de experiencia piloto, con capacidad de inducción respecto a su entorno. Ésta última podría concretarse mediante academias locales de permacultura, o escuelas públicas de diseño ecosistémico, según resultase conveniente. La otra posible estrategia consistiría en introducir en el medio rural, conceptos de ecología científica de utilidad directa convenientemente estructurados. Esto se podría hacer de forma más difusa y generalizada, a través de las escuelas oficiales de agronomía y capacitación agraria, o mediante organismos docentes o divulgativos creados al efecto.

Los temarios y planes de estudios que imparten las diferentes academias reconocidas por el movimiento permacultural, dan máxima importancia a la metodología general del diseño, a una serie de principios operativos; que han de cumplirse en todo proyecto que pretenda alcanzar resultados satisfactorios; a conceptos básicos de ecología general, y al estudio minucioso de diferentes modelos permaculturales, puestos en práctica en diferentes lugares y circunstancias. Con todo ello se consigue capacitar al alumnado para trabajar en sistemas intensivos e intermedios, tanto enfocados a producción de intercambio como para autoconsumo.

Los conceptos de ecología científica y técnica a introducir en el tejido agroganadero convencional para estimular su evolución, pueden estructurarse según niveles: Desde los más básicos y generales, hasta los más elaborados y específicos, y organizarse de forma progresiva en los correspondientes planes de estudios y campañas de información. Entre los temas fundamentales a tratar están los que se refieren a la estructura y funcionamiento de la vegetación, del suelo orgánico y de la fauna, a las relaciones entre estos tres elementos y a los procesos sucesionales más significativos, así como a las principales tecnologías de modificación ambiental, con sus ventajas e inconvenientes.

REWILDING.

El rewilding, reasilvestramiento o restauración de ecosistemas, tiene su origen en Sudáfrica, donde después de haber degradado a fondo sus espacios naturales quisieron disponer de grandes parques nacionales, como en países vecinos. Para ello tuvieron que restablecer la vegetación espontánea y, a medida que ésta se iba desarrollando, reintroducir la fauna correspondiente. Pronto comprendieron también que la caza de control resulta necesaria para impedir que la presión excesiva de los herbívoros dañe la cubierta vegetal, y para evitar cíclicas y masivas mortalidades de fauna derivadas de la sobrepoblación. Así es como, además de los habituales ingresos por turismo, los espacios naturales sudafricanos producen grandes cantidades de carne barata y de excelente calidad. Este modelo de gestión ha sido adoptado también por particulares que han promovido numerosas reservas privadas, y actualmente Sudáfrica es el único país subsahariano sin déficit de proteínas en la dieta.

El diseño permacultural incluye métodos de gestión extensiva para restauración de campos de secano y otros lugares degradados que, sin ser tan conocidos como los intensivos, son igualmente eficaces. Estos coinciden a grandes rasgos con el rewilding, de modo que partiendo de situaciones y propósitos distintos, ambos han alcanzado conclusiones y resultados muy similares: Un ecosistema completo, desarrollado hasta cerca de su máximo potencial, resultará mucho más productivo que cualquier campo de cultivo asistido que hubiera en su puesto...

Para administraciones locales o regionales interesadas en promover proyectos de rewilding, lo más eficaz sería empezar con experiencias piloto, y para que estas sean directamente extrapolables hacia su entorno, y tengan suficiente capacidad de inducción, resultaría conveniente partir de situaciones de máxima degradación ecológica, de forma que queden así bien reflejadas las correspondientes técnicas de reconstrucción. No suele haber mucho terreno público que cumpla con este último requisito, por lo que en la mayoría de los casos sería conveniente adquirirlos al efecto. En caso de recurrir a convenios con propietarios privados, debería ser condición necesaria que la actitud y opinión de éstos últimos, no pudiera influir negativamente en el desarrollo de los proyectos, mermando así su efectividad.

Un apartado importante de la ecología científica es el que estudia los factores del ambiente inorgánico, las diferentes variantes de configuración microambiental y sus correspondencias con comunidades biológicas diferenciadas. Todo esto resulta necesario a la hora de abordar la mejora y gestión de grandes extensiones de territorio, sobre todo en climas secos, semiáridos y áridos, donde el ecosistema natural suele ser un mosaico muy complejo y difícil de interpretar. Por lo tanto, además de los conceptos de ecología general ya referidos, los planes de formación enfocados a rewilding deben incluir contenidos que permitan identificar variantes ambientales y ecosistémicas, mediante consulta documental, interpretación de paisajes y analíticas sencillas.

Una intervención de rewilding comienza con un análisis descriptivo de las variantes microambientales presentes en el territorio, y de los caminos sucesionales que cada una de ellas habría de seguir en su reconstrucción. A continuación, mediante una última labrada, se procede a sembrar el monte bajo que corresponda y, cuando se estime necesario, también a corregir relieves o a fertilizar artificialmente. En esta misma actuación, o poco después, suele ser conveniente plantar arbolado pionero en correspondencia con las condiciones de cada lugar. Éste mejorará las condiciones ambientales para que, pasado un tiempo, puedan ser introducidos los árboles y grandes arbustos de fase forestal madura que culminen el proceso. Para prevenir incendios, dar encaje a la megafauna y mantener perfiles de alta biodiversidad, en general conviene dar configuración abierta, a modo de sabana arbolada, a la vegetación resultante, y sólo de forma puntual resultará ventajoso optar por masas forestales muy cerradas.

Muchas especies animales colonizan espontáneamente los ecosistemas en proceso de reconstrucción, y otras deben ser llevadas de forma activa o atraídas creando hábitats idóneos. Cuando sea necesario tener animales peligrosos o muy valiosos bajo estricto control, el espacio en rewilding habrá de estar convenientemente vallado... Una comunidad de fauna completa, con todos sus niveles y nichos bien cubiertos, mantiene al ecosistema en configuración óptima, reduciendo al mínimo disfunciones y desequilibrios, y facilitando su gestión: Al extraer de manera planificada determinados efectivos de unas u otras especies animales, o diversos productos vegetales, no sólo se obtienen las correspondientes rentas de producción, también se incide sobre la dinámica del ecosistema, incrementando o reduciendo selectivamente la densidad de según qué especies animales, e induciendo efectos en la vegetación que, en general, resultan previsibles.

Diversas especies de grandes animales han desaparecido de nuestro entorno desde hace algunas decenas de miles de años, y parece que la presión humana fue factor determinante en la mayoría de los casos. Para contar con sus funciones en proyectos de rewilding, se propone su reintroducción desde lugares donde hayan subsistido, o bien el uso de especies actuales muy próximas. En otros casos conviene iniciar procesos de reasilvestramiento a partir de variedades domésticas para reemplazar a sus ancestros silvestres, pero esto tropieza con ciertas barreras jurídicas: La distinción legal que se hace actualmente entre animales domésticos y silvestres parece basarse más en cuestiones metafísicas que en criterios funcionales, y convendría que fuese al contrario...

La introducción de gran fauna en áreas de rewilding debe realizarse de manera gradual y escalonada, de forma que antes de insertar cualquier especie, su nicho ecológico ha de estar a punto, con los elementos de tipo inorgánico, la vegetación y las especies animales que resulten necesarias para asegurar a cada una no sólo cobijo y sustento, también la presión de competencia y depredación que haga falta, para mantener en óptimo genético sus poblaciones. Al ir añadiendo niveles tróficos y escalas crecientes de tamaño, iríamos dando a cada proyecto la complejidad funcional y la estabilidad que su extensión permitiese: En los de mayor superficie sería el conjunto formado por los paquidermos; hipopótamos, rinocerontes y elefantes; y por las grandes fieras; osos, hienas y panteras; la pieza clave que cerraría la estructura.

SERVICIOS ECOSISTÉMICOS.

Nuestro planeta está perdiendo especies biológicas a un ritmo insoportable: 2.700 de éstas desaparecen cada año, y con ellas perdemos un incalculable capital de información genética y ecológica, acumulado tras millones de años de evolución. La inmensa mayoría de las especies amenazadas viven en lugares poblados, por lo que para preservarlas se hace necesario compaginar los proyectos medioambientales correspondientes con los intereses de las poblaciones locales, de forma que éstas obtengan beneficios directos de las actuaciones de conservación. Como referencia teórica para estas tareas fue acuñado el concepto de "servicios ecosistémicos", y como tales se entiende todo cuanto los ecosistemas hacen, de forma más o menos directa, en beneficio de la especie humana... Así que el hecho mismo de que podamos vivir en este planeta es el servicio ecosistémico más general, que engloba a todos los otros.

Por dinámica propia y sin que en principio se requiera inversión alguna, los ecosistemas fabrican y almacenan una amplia gama de productos útiles: Alimentos, materiales diversos, combustibles... Éstos pueden ser saqueados de forma descontrolada e irresponsable, o por el contrario se les puede utilizar de forma equilibrada, mediante una planificación científica que, entre otras cosas, ajuste flujos de extracción y ritmos naturales de reposición, previendo y controlando a la vez resultados indirectos. La pesca, la madera y el agua son tres sectores económicos de primera importancia basados directamente en servicios ecosistémicos, y en los tres casos se van imponiendo; aunque con demasiada lentitud; estrategias de gestión equilibrada que permitirían un abastecimiento abundante y duradero.

En época de energía fácil y barata, se diseñaron métodos industrializados de acuicultura, silvicultura y desalación. Éstos generaron una oleada de optimismo que más tarde se fue vaciando, a medida que iban cambiando las condiciones económicas. Así, por ejemplo la rentabilidad de la pesca extractiva crece en comparación con la de la acuicultura, en la medida en que se incrementan los precios de la energía, y con éstos los de todos los suministros de origen industrial. Ésto puede extrapolarse tanto a ecosistemas aéreos; estepas, sabanas y bosques; como a marismas y otros humedales ribereños: La producción del sistema agroganadero actual, tiende a perder competitividad respecto la gestión productiva de ecosistemas maduros, ya sean éstos enteramente naturales o resultado de proyectos de rewilding.

Otra sustanciosa fuente de ingresos derivada directamente de servicios ecosistémicos, es un conjunto de usos no extractivos fuertemente entrelazados, que tiene como ejes la investigación científico-técnica y el ecoturismo, e incluye actividades tan diversas como la descripción genómica, el diseño de nuevos métodos de cultivo y gestión, la fitoterapia, el uso de los ecosistemas como recurso terapéutico, los safaris fotográficos, la producción de audiovisuales y cursos de "meditación transpersonal", entre otras muchas. En las políticas de conservación orientadas hacia servicios ecosistémicos, se busca la forma de organizar todas las actividades productivas basadas en los mismos de forma que, de una forma u otra, gran parte de las rentas correspondientes reviertan en las poblaciones locales.

Muchos servicios ecosistémicos; tales como la producción de oxígeno, la regulación hidrológica a gran escala, la retención de carbono en biomasa, el mantenimiento de los patrones climáticos y el control de agentes erosivos, entre otros, son de carácter más general, resultan difíciles de evaluar en términos monetarios, y no lo es menos determinar que sujetos sociales y económicos concretos se benefician de ellos, y en qué medida. Sin embargo se ha progresado mucho en el ajuste de métodos y cálculos consecuentes, y ya es posible retribuir a las comunidades locales su labor de custodia de los ecosistemas de su entorno, siguiendo criterios mucho más objetivos que las subvenciones al uso. También empieza a ser posible determinar con gran precisión y justicia, qué instituciones públicas o corporaciones privadas habrían de correr con los gastos en cada uno de los casos.

Aquellas administraciones locales o regionales que decidiesen comprometerse en la gestión de servicios ecosistémicos, y en planes de mejora económica basados en el despliegue de éstos, podrían empezar por intervenir en espacios naturales protegidos y en su entorno, dando prioridad a aquellos en los que haya poblaciones humanas importantes implicadas: Con demasiada frecuencia se ha intentado aplicar los mismos criterios que se emplearon en grandes espacios naturales despoblados, a zonas con alto valor biológico pero donde vive mucha gente, y esto ha creado fricciones, colisiones y conflictos, que en nada han ayudado a la consolidación de dichos proyectos medioambientales. Al implicarse desde la perspectiva de los servicios ecosistémicos, las instituciones públicas podrían a la vez ayudar a resolver estas situaciones de conflicto y sentar precedente respecto a las nuevas formas de conservación y de gestión.

 

 

Dibujo: J. Ramón Rosell

La magnitud de las tareas relacionadas con la reconstrucción, conservación y gestión de ecosistemas productivos, aconsejaría la creación de una; llamémosle, por ejemplo; "empresa general de servicios ecosistémicos" que, dada la interterritorialidad del asunto, habría de tener ámbito estatal y ser dirigida desde el gobierno central. Esto supera las competencias y posibilidades de las administraciones que habrían de salir unas elecciones locales, pero los municipios y comunidades autónomas que estuviesen por la labor, podrían ir avanzando pasos en ese sentido, al crear organismos en sus respectivos ámbitos, que posteriormente se integrasen en esa estructura de carácter general: Centros y equipos docentes, creativos y de comunicación, estaciones de investigación y experimentación, órganos de gestión y coordinación...

 

Mientras, Ecology4Economy se propone como agente de coordinación y conexión para formar aquellas estructuras que, trabajando en red, nos llevarán al único modelo económico alternativo que va a quedar al final de la era industrial: el de la ECOLOGÍA PARA LA ECONOMÍA.

Pinturas que reflejan estepa y vaguadas del termomediterráneo como probablemente fueron hace unos 50.000 años

Autor: J. Ramón Rosell